viernes, 25 de noviembre de 2011



La noche y las sombras

Estoy en el pórtico.
La noche da al paisaje
un complemento raro
de embrujados brebajes.

El sol se ha escondido,
se percibe una dulce paz.
Todo se cubre con negros tules,
forman ahora una nueva  faz.

Renacen a la vida, las sombras
envueltas en oscuro antifaz,
se arrastran cual la lava,
con empuje decidido y pertinaz.

Son espectros vivientes
que invaden los rincones,
que siguen nuestros pasos,
que muerden los talones,

que trepan a los árboles,
que escalan los tapiales
reflejando apariencias
de formas fantasmales.

Se agitan en la fronda,
se mecen con el viento,
y con la aurora escapan
como escapa el aliento.

Al despuntar el día
nadie se acuerda  de ellas,
musas arrobadoras,
oscuras, tristes , bellas…

que en la noche callada,
tenebrosa y desierta…
envolviéndolo todo
nos acecha despierta.

Pentagrama de sombras,
de ritmos sincopados,
releguen el asedio…
que la luz, ha llegado.

                                                                              
                                                          Ana Riveira

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